La brecha salarial en cargos directivos se va estrechando… pero lentamente

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a eliminación de la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo una de las grandes tareas pendientes para conseguir la igualdad efectiva. En los últimos años se han hecho muchos avances en este sentido, pero todavía queda camino por recorrer. Según la última encuesta anual de estructura salarial del INE, en 2017 la brecha se redujo hasta el 21,9%. Aunque es un dato positivo, la realidad es que las mujeres, en España, siguen cobrando de media 5.375 euros menos que los hombres a final de año.

Para arrojar un poco más de luz sobre este fenómeno, en CEINSA acabamos de publicar la segunda parte del informe “La Presencia de la Mujer en Cargos Ejecutivos” en la que analizamos las causas de la brecha salarial. A continuación, las principales conclusiones.

La falta de mujeres en puestos directivos, responsable de la brecha salarial

El informe que nos ocupa parte de un estudio que realizamos en 1994, lo que nos permite analizar la evolución de la brecha salarial a lo largo de estos 25 años. En este sentido, observamos una reducción moderada de entre 2/3 puntos porcentuales.

El puesto de trabajo es uno de los principales factores determinantes del nivel salarial. Así, tras analizar un conjunto de 66 puestos ejecutivos, se ha visto que el desfase salarial de las mujeres respecto a los hombres se acerca al 13%. Este desfase es mayor para la retribución total que para la fija, lo que significa que las mujeres reciben un porcentaje de variable porcentualmente inferior al de los hombres.

El informe también confirma que la brecha ocupacional, entendida como la menor presencia de mujeres en puestos de responsabilidad, tiene un gran impacto sobre la brecha salarial y en los segmentos con menos mujeres, como la alta dirección, el desfase entre los salarios de ambos sexos es mayor que en los segmentos con más presencia femenina.

El número de colaboradores, el rango profesional del puesto y la edad del ocupante también impactan sobre la brecha salarial. Así, cuando al anterior 13% le restamos la fracción explicable por estas variables, el desfase salarial se queda en un 6,5% atribuible al sexo. Y no se puede descartar, que en ese porcentaje estén influyendo, también, otras variables no contempladas como la dedicación, la disponibilidad o, en el caso del segmento superior de los cargos directivos, el tamaño de la empresa.

La brecha salarial en jefaturas y mandos medios

Según el informe, en el caso de los niveles ejecutivos y medios, a igualdad de puesto, las diferencias salariales entre hombres y mujeres son ligeramente inferiores a las observadas en los niveles directivos.

En términos absolutos, el desfase salarial está en torno al 11-12% y, si descartamos las variables del número de colaboradores, el rango profesional y la edad del ocupante, esta cifra se reduce hasta el 6,5%.

Datos por sectores, ubicación, titularidad y área funcional

El informe también destaca cuáles son los sectores, las comunidades autónomas, el tipo de empresa y las áreas funcionales en las que se observa una mayor brecha salarial.

Así, el mayor desfase salarial entre hombres y mujeres lo encontraríamos en el sector servicios (94,7%), en una empresa ubicada en el País Vasco (93,8%) y de titularidad española o mixta (88,8%). Por lo que respecta a las áreas funcionales, destacan la informática y la técnica con un 90,2% y un 90%, respectivamente.

La edad también impacta en la brecha salarial

El informe también analiza el impacto sobre el desfase salarial de variables personales como la edad, la antigüedad en el puesto y el nivel de formación.

En este sentido, la edad pone de relevancia las diferencias existentes entre hombres y mujeres en relación con la evolución de su trayectoria profesional en puestos directivos. Así, las mujeres tienden más abandonar o renunciar de forma parcial a mitad de su carrera, lastrando su progresión profesional y económica.

La influencia de la antigüedad y del nivel de formación ya no está tan clara. De hecho, el peso de la primera ha ido decayendo desde 1994 y, dado que los promedios de hombres y mujeres se han ido equilibrando, su incidencia en la brecha salarial es mínima. Por lo que respecta al nivel de formación, es muy similar para ambos sexos, por lo que no existe la posibilidad de que influya en el desfase salarial.

Como hemos visto, la segunda parte del informe “La Presencia de la Mujer en Cargos Ejecutivos” nos permite llegar a la conclusión de que la brecha salarial, sobre todo en cargos de alta dirección, está muy condicionada por la brecha ocupacional.

Esta es una tendencia que se espera que se mantenga en el futuro. Así, entre otras acciones, para mejorar el desfase salarial entre hombres y mujeres será imprescindible trabajar para reducir la tasa de renuncia parcial o de abandono de las mujeres a mitad de su carrera.

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