Metaverso: ¿la próxima gran revolución de la gestión del talento?
El de metaverso no es un concepto nuevo. Neal Stephenson lo creó a principios de los 90 para hablar de un mundo futuro marcado por la realidad virtual. Sin embargo, desde que en 2021 Mark Zuckerberg anunciara la transformación de Facebook en Meta, se ha convertido en la palabra de moda. Todavía está dando sus primeros pasos y es difícil pronosticar en qué se acabará traduciendo, pero las grandes empresas del mundo ya están invirtiendo en él – Meta será una empresa de metaverso en 5 años y Sony, Microsoft y Nvidia han anunciado que van en la misma dirección.
En el metaverso nos relacionaremos, jugaremos, pasaremos nuestro tiempo libre, haremos deporte, nos formaremos, compraremos y, por supuesto, trabajaremos. Y no falta tanto para que esto suceda: según Gartner, en 2026, el 30% de las organizaciones tendrán productos y servicios para este entorno y el 25% de las personas pasarán al menos una hora del día en él. El mismo Bill Gates asegura que, en 2 o 3 años, la mayoría de las reuniones virtuales pasarán de las videollamadas en 2D a nuevas plataformas 3D con avatares digitales.
Los expertos coinciden en que el metaverso tiene el potencial de impulsar un rediseño radical del trabajo. Si esto sucede, es importante que los profesionales de la gestión de personas tomen una actitud proactiva y lideren esta transformación. De esta manera, las personas continuarán estando en el centro de la estrategia y no perderemos lo ganado hasta el momento.
¿Qué es el metaverso?
Aunque en los últimos meses, el metaverso ha ocupado miles de titulares, su significado aún no está claro, ya que no existe una definición consensuada del mismo. Lo que es seguro es que no puede considerarse una nueva tecnología y tampoco una herramienta o una aplicación. Es mucho más. Algunos lo entienden como un producto o servicio, otros como un lugar y existe una tercera escuela, más centrada en la experiencia de los usuarios, que lo considera un momento en el tiempo. Sea como sea, los avances en cloud computing, 5G, blockchain, inteligencia artificial y realidad extendida son sus palancas.
Los pronósticos hablan de una evolución que irá desde un metaverso muy anclado en la realidad aumentada y el entretenimiento, a una plataforma en la que las interfaces BCI (cerebro-ordenador) reemplazarán hardware y pantallas eliminando la separación entre yo físico y digital. Gartner establece una cronología: ahora estaríamos asistiendo a la etapa emergente del metaverso, a mediados de la década llegarán las versiones avanzadas y a finales de los 20 o principios de los 30 alcanzaremos la fase madura, en la que la mayor parte del mundo físico estará afectada por el metaverso de una manera u otra.
El metaverso dará forma al trabajo del futuro
Ahora el metaverso está muy vinculado a la industria de los videojuegos, pero su potencial es mucho mayor. En este entorno, las empresas pueden repensar sus espacios de trabajo sin las restricciones del mundo físico para maximizar la inclusión, la productividad, la colaboración, el compromiso o la creatividad ofreciendo a sus trabajadores experiencias más auténticas, interactivas y espontáneas, sin importar donde estén, lo que podría dar el espaldarazo definitivo a los modelos de trabajo híbridos que han empezado a implantarse a raíz de la pandemia. Meta y Microsoft ya han desarrollado plataformas – Horizon Workrooms y Mesh, respectivamente – que, gracias a la RV, permiten a los equipos distribuidos trabajar dentro de una misma sala virtual.
Por otro lado, igual que pasó con la aparición de Internet o que está sucediendo con la digitalización de la economía, el metaverso abrirá la puerta a nuevos roles profesionales aún por definir. Ya lo indicaba Randstad hace algún tiempo, el 85% de los trabajos que habrá en 2030 no se han inventado. El desarrollo de este entorno provocará nuevas necesidades y las empresas tendrán que cubrirlas. En este sentido, resulta interesante la encuesta realizada en 2021 por Lenovo, que indica que el 44% de los trabajadores está dispuesto a trabajar en el metaverso, por lo que su percepción como oportunidad es importante.
Y no solo creará nuevos roles profesionales, el metaverso facilitará la ampliación del propio concepto de ‘trabajador’. Los humanos cooperarán con bots basados en IA que se encargarán de realizar las tareas más repetitivas o pesadas, para que los primeros puedan centrarse en otras de mayor valor añadido para la organización. Hoy en día, ya existen algoritmos capaces de comprender conversaciones, de texto y de voz, y de dialogar en lenguaje natural. Incluso, una empresa neozelandesa, SoulMachines, trabaja en la creación de humanos digitales que entiendan las emociones.
El impacto del metaverso en la gestión de las personas
Si el metaverso revoluciona el trabajo, es inevitable que suceda lo mismo con la función de RRHH. Un buen ejemplo es el área de formación y desarrollo. Gracias a entrenadores basados en IA, objetos interactivos, guías paso a paso, simulaciones 3D, etc. veremos como el tiempo necesario para adquirir nuevas habilidades se reduce significativamente. No son pocas las empresas que ya trabajan en este campo, como Bosch y Ford, que utilizan el auricular Oculus Quest para capacitar a sus técnicos en el mantenimiento de vehículos eléctricos.
También la selección de personal, la contratación y la incorporación de nuevos talentos está siendo impactada por el metaverso. Samsung ya ha organizado una feria de contratación virtual, Hyundai utiliza este entorno para recibir a sus nuevos empleados y PwC en el Reino Unido ha creado la plataforma Virtual Park, en la que entrevista a candidatos y les comunica la cultura y valores de la empresa. Y, si nos centramos en España, Iberdrola, Telefónica, McDonald’s o Bimbo, entre otras, utilizan un videojuego que es capaz de detectar el perfil de las personas en sus procesos de selección y/o evaluación del talento interno.
Los retos del metaverso y el rol de los profesionales de RRHH
El metaverso revolucionará el mundo del trabajo, sin embargo, también desatará retos importantes. El primero, la disponibilidad del hardware. A este respecto, Bill Gates reflexionaba en su blog que, durante la pandemia, la adopción de las videoconferencias había sido tan rápida porque la mayoría de los trabajadores ya contaba con los recursos necesarios, sin embargo, no todo el mundo dispone de gafas de RV, por ejemplo. Este punto irá resolviéndose – según BITKRAFT Ventures, los envíos mundiales de gafas de RV y RA superarán en 20 millones de unidades a los de videoconsolas en 2024 -, pero las empresas deben apresurarse para no perder competitividad. En este sentido, los profesionales de RRHH deben actualizarse para poder asesorar a los líderes empresariales sobre las inversiones a realizar y cómo aprovecharlas al máximo.
Por otro lado, aunque, como hemos mencionado, el metaverso supone una gran oportunidad para crear puestos de trabajo más equitativos, es cierto que puede provocar nuevas desigualdades. Desde gestión de personas debe vigilarse que no se abran brechas como la tecnológica, cuidando que no haya diferencias entre los nativos digitales y los que no lo son. Para ello, puede ser de gran ayuda propiciar que los trabajadores más jóvenes formen a los mayores. Además, es imprescindible prevenir el acoso o el abuso para crear un espacio seguro para todo el mundo, identificando en qué consisten estas prácticas en el mundo virtual, introduciéndolas en las políticas de la empresa y educando a la fuerza laboral.
Siguiendo con la seguridad, en el metaverso existe una mayor vulnerabilidad a la monitorización de datos, gestos, imágenes… de los empleados. RRHH debe trabajar para asegurar su privacidad. Asimismo, para garantizar el bienestar de la plantilla, la función ha de abordar aspectos como la prevención de riesgos laborales en un entorno que es nuevo y en el que las regulaciones todavía no están claras. Un aspecto que preocupa en este sentido es que las tecnologías y plataformas que conforman el metaverso podrían provocar una cierta desconexión del mundo real o problemas de adicción. Para evitarlo es necesario trabajar la pertenencia o la autorealización, facilitar la desconexión digital y preparar a los empleados para esta nueva forma de trabajar.
Finalmente, dos recomendaciones más para gestionar el talento en el metaverso. En un entorno en el que, como hemos mencionado, muchos roles están por definir, desde RRHH ha de priorizarse la portabilidad de las habilidades de los empleados, más que sus títulos. Por otro lado, medir el impacto que está teniendo el metaverso en la fuerza laboral es lo que permitirá a la función detectar posibles puntos de mejora para hacer una transición exitosa y alineada con los objetivos empresariales.
El metaverso traerá nuevos niveles de conexión social, movilidad y colaboración a las empresas, independientemente de la ubicación desde la que trabajen sus empleados. Eso sí, para extraer todo su potencial y, sobre todo, garantizar la seguridad, bienestar, compromiso y productividad de la fuerza laboral, son los profesionales de la gestión del talento quienes han de liderar el camino. El primer paso: comprender que no estamos ante un cambio tecnológico, sino sociológico.