¿Cómo puede la función de RRHH aprovechar la realidad extendida?

La realidad extendida (XR) es uno de esos avances que, periódicamente, regresan a los titulares. Un buen ejemplo es la polémica desatada en junio por el elevado precio de las futuras gafas de realidad mixta de Apple. Polémicas aparte, estas tecnologías ya tienen cierto recorrido y las previsiones son de crecimiento exponencial – en 2023, el mercado de la realidad virtual ingresará a nivel global 7 mil millones de dólares, el doble que en 2022 (Deloitte).

Aunque en lo que se refiere a su uso corporativo, siguen muy ligadas a mejorar la experiencia de los clientes, todo indica que su aplicación en el área de personas también crecerá. A este respecto, la firma Deloitte cree que, para 2024, el 25% de las reuniones tendrán algún elemento de realidad virtual y, para 2025, cerca del 70% de las formaciones internas la utilizarán. 

De hecho, como veremos, existen múltiples casos de éxito que demuestran su potencial en campos como el reclutamiento, la incorporación o la formación. A continuación, todos los detalles. 

¿Qué es la realidad extendida?

En pocas palabras, el de realidad extendida (XR) es un concepto que engloba tres tecnologías inmersivas: la realidad aumentada (RA), la realidad virtual (RV) y la realidad mixta (RM). La primera, que tiene su origen en 1992, permite al usuario interactuar en tiempo real con una experiencia que combina mundo real y virtual. En cambio, la segunda sumerge a la persona en un entorno completamente digital. Simplificando mucho, se acostumbra a decir que con la RA podemos ver lo que nos rodea, mientras que con la RV solo vemos el contenido creado. 

Además de RA y RV tenemos una tercera opción, la realidad mixta. Esta tecnología no es otra cosa que una combinación de las dos anteriores. De esta manera, la empresa puede elegir en cada momento si el usuario actúa con los objetos digitales en su mundo físico o si se le ofrece una experiencia totalmente inmersiva de RV. 

Frenos y palancas a la realidad extendida corporativa

En España, la penetración de la realidad extendida en las organizaciones ha sido lenta. Un informe de Capgemini señala que, con un 75%, una de las principales barreras ha sido la falta de compromiso de los directivos en su desarrollo e implementación, un porcentaje que supera ampliamente la media mundial (62%). Además, las empresas no poseen una hoja de ruta clara para su adopción (56%). Y esto, a pesar de que el 39% de los encuestados asegura que le gustaría utilizar esta herramienta para interactuar con sus compañeros de trabajo. 

Esta situación podría cambiar en breve. Así lo indica un estudio de Workplace, que habla de que cada vez son más las empresas interesadas en buscar formas más atractivas de incorporar a sus nuevos empleados. Además, proliferan las aplicaciones de realidad aumentada para dispositivos móviles – se prevé que supongan el 80% de las soluciones para Smartphones antes de acabar el año –, que están abaratando el coste de implementar estas tecnologías al evitar la necesidad de usar gafas. Sin olvidar, que la potencia de procesamiento está aumentando y el ancho de banda mejorando, lo que se traduce en unos mejores resultados. 

¿Qué aplicaciones tiene la realidad extendida en la gestión de RRHH?

Selección y reclutamiento

La realidad extendida ayuda a optimizar los procesos de reclutamiento. Afinando la selección y mejorando la experiencia de candidato, se reducen los costes de contratación y se incrementa el compromiso y el employer branding. En concreto, estas tecnologías proporcionan a los aspirantes una idea exacta de cómo sería trabajar en esa empresa, de las tareas asociadas a su rol, pero también de la cultura y los valores organizacionales. Así, Deutsche Bahn utilizó la RV para mostrar a candidatos jóvenes en qué consistía el trabajo al que aspiraban, logrando entre 5 y 10 veces más solicitudes y de mejor calidad. 

Además, la RV simula una experiencia prácticamente real y los empleadores pueden usarla para mejorar la evaluación de las habilidades de los potenciales trabajadores. Un punto clave en este sentido es el elemento lúdico de estas tecnologías, que facilita que las respuestas sean más sinceras. Un conocido caso de éxito es el de Jaguar que, en colaboración con Gorillaz, creó un proceso de selección para perfiles de ingeniería basado en un juego de RV. Los candidatos que mejor descifraban los códigos eran los que pasaban a la siguiente fase. 

Y, por supuesto, la realidad extendida no está limitada geográficamente, por lo que permite a las empresas aplicarla a candidatos de todo el mundo y, de esta manera, ampliar su pool de talento. Un ejemplo es el de Jet.com, que creó una experiencia de RV interactiva para que los candidatos experimentaran cómo sería trabajar en la empresa y a la que podía accederse desde todo el mundo. 

Onboarding de nuevos talentos

Otra área en la que las empresas pueden beneficiarse de la realidad extendida es la incorporación. Estas tecnologías ayudan a los departamentos de gestión de personas a brindar una mejor bienvenida a sus nuevos talentos, haciéndoles sentir que forman parte del equipo incluso antes de comenzar realizando visitas virtuales a la oficina y compartiéndoles información, desde la referente a sus productos y servicios, hasta sus valores y políticas. Y todo ello, sin sobrecargar a los profesionales de RRHH. 

American Airlines utiliza la realidad virtual para que los nuevos miembros de sus tripulaciones se familiaricen con los procedimientos de seguridad de la compañía. En la misma línea, Johnson & Johnson o BMW crean simulaciones que permiten a los nuevos empleados explorar cómo será su trabajo e interactuar con sus compañeros. 

Formación

La formación es uno de los campos de aplicación de la realidad extendida más populares. Ya en 2019, un artículo de SHRM mencionaba una investigación de SuperData que estimaba que el 71% de las empresas que utilizaban realidad virtual, lo hacían para capacitar a sus trabajadores. Buena prueba de ello es BMW, que usa esta tecnología para formar a sus equipos de mantenimiento o UPS, PwC, Accenture, Deloitte o Toyota, que hacen lo propio, pero dirigido a sus gerentes. 

Al final, la RV crea experiencias de formación inmersivas que incrementan el compromiso y el aprendizaje de los empleados en menos tiempo y dinero – PwC habla de aprender en 30 minutos lo que, en un aula, supondría 2 horas –, evitando exponerles a riesgos y sin necesidad de desplazarse. 

Además, esta simulación casi real, ayuda a los empleadores entrenar las soft skills de sus equipos a través del role playing. Así, Walmart utiliza la realidad virtual para que sus empleados aprendan a mantener la calma en situaciones difíciles, a escuchar y a resolver las crisis. 

Alternativas digitales a la Realidad Extendida 

Quizás la implementación de la realidad extendida en la gestión de los RRHH se encuentre en una etapa muy incipiente, sin embargo, estas tecnologías ya están demostrando su potencial. En las áreas que hemos mencionado, pero también a nivel de reputación organizacional y competitividad, ya que utilizar estos avances refleja compromiso con la innovación y las personas. 

Mientras la Realidad Virtual plantea un horizonte lleno de posibilidades, la realidad es que muchas empresas aún optan por digitalizar sus procesos de Recursos Humanos con herramientas básicas como pdf’s, presentaciones de PowerPoint o videos convencionales. Desde ahí, comprender y adoptar este tipo de tecnologías avanzadas puede suponer un desafío tanto en inversión como en cambio cultural.

Por eso, puede ser recomendable comenzar por soluciones que simulen la inmersión que la realidad mixta (RA y RV) puede ofrecer. Un ejemplo puede ser el video interactivo, en el que se presenten «conflictos» que pueden resolverse a través de las decisiones del usuario. Por ejemplo, imaginemos un proceso de ventas en un centro comercial. En el momento en el que aparece un cliente por la puerta, el video propone 3 maneras diferentes de abordarlo. Según la elección, el proceso de venta continuará o perderemos al cliente.

Por lo tanto, el video interactivo puede ser un excelente recurso para que los equipos practiquen sus habilidades y «vivan» las consecuencias de sus decisiones en un entorno seguro y fiel a la realidad.

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