La formación online de los empleados será estratégica o no será
Desde hace algunos años, la formación online es una habitual de las listas de tendencias a observar en la gestión de las personas. Son muchas sus ventajas: no solo facilita la conciliación, sino que acompaña a las evaluaciones del rendimiento permitiendo reforzar de forma individualizada las necesidades formativas detectadas. Además, mejora la retención de talento y, especialmente en el caso de formaciones a directivos, ahorra costes y optimiza su tiempo.
La crisis provocada por el COVID-19 y la necesidad de confinarnos ha provocado que esta modalidad de formación cobre nuevo protagonismo. Y es que, bien sea por necesidad o por querer aprovechar el descenso de actividad para mejorar las competencias de los trabajadores que se encuentran en casa, son muchas las empresas que han optado por ofrecer formaciones online a sus trabajadores.
Sin embargo, como ha sucedido con el teletrabajo, no todas las organizaciones estaban igual de preparadas para afrontar este reto y no pocas han tenido que improvisar sobre la marcha. En este sentido, el mensaje que queremos lanzar es que, para que un plan de formación online aporte verdadero valor a la organización, es imprescindible que esté diseñado desde un punto de vista estratégico, alineado con los objetivos y con idiosincrasia de la empresa y de sus personas.
La nueva formación online
La formación online ha experimentado una auténtica revolución en los últimos tiempos. Si antes se limitaba, sobre todo, a cursos básicos y generales, ahora estamos asistiendo a una sofisticación de la misma que se traduce en una mayor variedad de cursos que cubren todos los niveles de la organización. Vivimos en una época de alta personalizaciones de los contenidos y el e-learning no es ajeno.
Además, la irrupción de las nuevas tecnologías ha permitido diversificar los formatos y, actualmente, se ofrecen desde cursos realizados íntegramente en streaming hasta otros que combinan la teórica online con sesiones de coaching a través de plataformas de videoconferencia, como Zoom. Dos innovaciones que han tenido especial impacto en el campo de la formación online han sido la gamificación y el Machine Learning. La primera permite mejorar la motivación de los alumnos, la retención de los contenidos y los resultados del curso introduciendo en él elementos de juego. Eso sí, siempre y cuando esté correctamente planificada. Por lo que respecta al Machine Learning, utiliza algoritmos para predecir el comportamiento de los alumnos y sus patrones de aprendizaje permitiendo mejorar las sesiones de forma continua y alcanzar un mayor nivel de personalización.
El impacto del COVID-19 en la formación online
El área de formación de empleados se está viendo fuertemente afectada por la emergencia sanitaria que estamos viviendo. También a nivel de regulaciones. La resolución del 15 de abril de 2020 del Servicio Público de Empleo Estatal establece en su ámbito de gestión una serie de medidas extraordinarias para hacer frente al COVID-19 en materia de formación profesional para el empleo en el ámbito laboral. Una de las principales, la anulación de toda formación presencial.
En este sentido, resulta de especial interés el apartado referido a la formación programada por las empresas – es decir, la realizada en el marco de la Fundación Tripartita – que, si bien, no se ve afectada a nivel económico, sí permite pasar todas las formaciones presenciales que se estaban llevando a cabo a la modalidad online. Además, según esta nueva resolución, todas las personas actualmente sujetas a un ERTE pueden participar de dichos cursos.
Independientemente de la necesidad de reemplazar las formaciones internas presenciales por formaciones online derivada de esta prohibición, son muchas las compañías que han apostado por apoyar a sus empleados en un momento muy complicado ofreciéndoles la posibilidad de mejorar sus competencias y habilidades desde sus casas. Ejemplo de ello es Meliá Hotels International, que ofrece a sus más de 45.000 trabajadores de todo el mundo acceso a más de 22.000 cursos en 15 idiomas a través de su propia plataforma de e-learning. O Schneider Electric, que ha abierto su plataforma de formación online Energy University a sus empleados y partners. Otro ejemplo de las ventajas de la aplicación de la tecnología en la formación online es la plataforma Virtaula de CaixaBank, que detecta las áreas de interés de cada empleado para recomendarle cursos ajustados a sus intereses.
La estrategia como pilar de un plan de formación online exitoso
Como decíamos al inicio, no todas las organizaciones están igual de preparadas para asumir el reto de ofrecer formación online a sus trabajadores, lo que, sin duda, se verá reflejado en el éxito de los programas.
En este sentido, queremos remarcar que, aunque elegir la plataforma y las tecnologías más adecuadas es muy importante, nunca debería ser el primer paso. Para diseñar un plan de formación online siempre debemos partir de la estrategia. Así, responsables de formación y directivos han de trabajar codo con codo para garantizar que los objetivos de la formación están alineados con los empresariales. Además, es recomendable huir de recetas únicas. No hay ninguna duda de que la formación online es adecuada para todo tipo de empresas, pero siempre que se adapte a la estrategia y necesidades únicas de cada caso concreto.
En la misma línea, para valorar la efectividad del plan de formación, es necesario ir más allá del número de empleados que lo han finalizado. Es vital observar qué han aprendido realmente, cómo contribuye al desarrollo de sus habilidades y competencias y hasta qué punto colabora en la consecución de los objetivos globales.
Por otro lado, también es importante que coloquemos al empleado en el centro. Que tengamos en cuenta su experiencia y le ofrezcamos contenidos relevantes y de calidad. Además, debemos conocer en qué punto se encuentra y cuál es su background para poder darle una experiencia de aprendizaje personalizada que le ayude a adquirir aquellos conocimientos y habilidades que tienen un valor real para la organización.
Finalmente, aunque para la formación técnica o de procedimientos sea adecuado optar por cursos diseñados e implementados internamente, es importante analizar los mejores programas de formación del mercado, en función de las temáticas y perfiles a los que se dirijan. Todos sabemos que hay especialistas en diversas materias que ofrecen una experiencia contrastada, al servicio de sus alumnos.
Y como siempre en las políticas de recursos humanos, se trata de seleccionar la formación que por sus objetivos, itinerarios y metodología, esté alineada con la organización, con sus metas e intereses. Más allá de que estaría bien formarse, hay que asegurar en qué, cómo, para qué y quiénes. Solo así sacaremos el máximo provecho de la inversión.