Energías renovables, un sector de futuro para el empleo y la recuperación económica
Como sociedad estamos viviendo uno de los períodos más desafiantes de nuestra historia. Además de estar inmersos en una emergencia climática, hace unos meses, también lidiamos con la crisis, sanitaria y económica, provocada por la COVID-19. Todos los stakeholders apuntan, que, si queremos crear un mundo más sostenible y resiliente, debemos cambiar nuestro modelo productivo y apostar por una recuperación “verde”, es decir, más respetuosa con el medio ambiente. Europa ha dejado claro su apuesta por una recuperación sostenible en los últimos paquetes de recuperación y las regulaciones que han ido surgiendo. Además, acaba de proponer un importante incremento en la reducción de emisión de gases para 2030.
Una de las claves en este sentido son las energías renovables, ya que no solo nos permitirán satisfacer la creciente demanda de electricidad (según datos de McKinsey Energy Insights (MEI), se espera que se duplique para el año 2050) y reducir las emisiones de CO2, sino que también pueden actuar de motor para acelerar la economía y crear empleo de calidad.
Las renovables, cada vez más presentes
El fenómeno de las renovables no es nuevo, pero todo apunta a que su penetración se disparará en los próximos años. Ya, a lo largo de la última década, las inversiones en este tipo de energías fueron de 3 billones de dólares y, para 2030, se prevé que éstas se dupliquen anualmente.
En nuestro país, de 2017 a 2018, las inversiones se multiplicaron por siete, pasando de los mil millones de euros a los siete mil millones. De hecho, en el último informe “Renewable Energy Country Attractiveness Index (RECAI)” elaborado por EY, España se sitúa en el puesto 11 del ranking de países más atractivos para invertir en renovables.
Además, el Gobierno central ha realizado una fuerte apuesta por impulsar este tipo de energías, que impactará directa y positivamente en los empleos del sector.
Legislación para un futuro renovable
Es de destacar el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que prevé incrementos graduales en eólica y solar fotovoltaica y contempla potenciar las oportunidades de empleo, entre otros aspectos.
Además, el pasado 19 de mayo, fue aprobado el primer proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (PLCCTE), que entre sus objetivos incluye un sistema eléctrico 100% renovable no más tarde de 2050 y un 35% de consumo final de energía con origen renovable para 2030. Dichos objetivos se espera que supongan más de 200.000 millones de euros de inversión entre 2021 y 2030. Y el 23 de junio se publicó el Real Decreto-ley 23/2020, que aprueba medidas en materia de energía y otros ámbitos para la reactivación económica, entre ellas, impulsar nuevos modelos de negocio e implementar un marco jurídico para impulsar el empleo.
Sin olvidar la importante partida presupuestaria dirigida a acelerar la transición hacia una economía baja en carbono a través de un plan que recoge la rehabilitación energética de medio millón de viviendas y la instalación de techos solares. O las dos convocatorias de subvenciones para la creación de empleos verdes – que suman 10,7 millones de euros – abiertas por la Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica.
Todas estas iniciativas están alineadas con las regulaciones europeas en materia de sostenibilidad, como el Acuerdo de París 2015 o el Pacto Verde Europeo.
Perspectivas favorables para los profesionales de las renovables
Para hacernos una idea de en qué punto estamos en materia de empleo, a nivel global, las energías renovables crearon más de 11 millones de puestos de trabajo en 2018. La solar fotovoltaica sigue siendo la tecnología que más puestos crea, un tercio de los generados por el sector, y la siguen la hidroeléctrica, con más de 2 millones de puestos, y la eólica, con 1,2 millones.
En la Unión Europea, por su parte, la renovable que más empleo crea es la biomasa, con 660.000 puestos, seguida de la eólica con 344.000 y la solar con 140.000. Los países con mejores resultados en este sentido son Bélgica, Alemania y España.
Y, si nos centramos en nuestro país, el empleo verde representa un 2,62% de la población activa y un 20,6% de éste corresponde al sector de las renovables, que da empleo a 109.368 personas. En cuanto al perfil del empleador, el 68% de las compañías del sector tiene menos de 10 trabajadores y solo un 0,4% se acerca a los 1.000.
Entrando en el terreno de las previsiones, el PNIEC prevé un crecimiento importante entre 2020 y 2030 en lo que respecta a empleo en el sector de las renovables, de entre 102.000 y 182.000 empleos al año. Y a nivel global, el informe “Medición de los aspectos socioeconómicos de la transición: enfoque en el empleo” elaborado por IRENA indica que, si la comunidad internacional aprovecha todo su potencial de renovables, el empleo total en el sector energético podría llegar a los 100 millones de puestos de trabajo para 2050.
En el mercado español ya encontramos ejemplos de grandes compañías que están invirtiendo en este sentido. Uno de ellos es Iberdrola, que este año ha decidido invertir hasta 10.000 millones de euros en reactivar la economía y crear empleo con distintos proyectos en áreas como la energía limpia, la implementación de redes inteligentes y los sistemas de almacenamiento a gran escala. Por otro lado, Endesa, prevé generar cerca de 700 empleos anuales hasta 2026 y mantener cerca de 120 empleos durante los siguientes 25 años gracias a su proyecto Andorra, que sustituirá los 1100 MW térmicos de su planta de carbón de Teruel por 1725 MW renovables. Y con su proyecto Compostilla, que supone la construcción de 390 MW renovables, generará 1000 empleos en la construcción y 30 en la operación y mantenimiento.
Los perfiles laborales más demandados
El de las renovables es un sector en pleno desarrollo que demanda profesionales para toda la cadena de valor de los proyectos, desde la construcción hasta la operación y el mantenimiento.
Además, como señala el informe elaborado por el IDAE “Empleo Asociado al Impulso de las Energías Renovables”, se caracteriza por combinar perfiles profesionales emergentes – como podrían ser el de técnico en microgrids o Battery Storage Manager, claves para implementar modelos sostenibles en el segmento residencial de la construcción – con otros más tradicionales, como podrían ser operarios, técnicos y profesionales del metal, la electrónica, la química o la energía, entre otras áreas.
En este sentido, el informe indica que, dentro del sector de las energías renovables, las industrias de la fabricación de aparatos y componentes de instalaciones para la explotación de las renovables suponen una oportunidad laboral para oficiales de 1ª y 2ª de oficios pertenecientes a los convenios del metal, la electrónica, la energía y el plástico; mientras que los trabajadores procedentes del sector agrícola podrían encontrar empleo en la recogida, el transporte y el almacenamiento de biomasa.
El informe también muestra que, en lo que se refiere a la construcción, la gestión y el mantenimiento de las instalaciones, las empresas del sector buscan, preferentemente, jóvenes con poca experiencia que tengan Ciclos de Formación Profesional Superior en electromecánica, electrónica, mecánica y química para ocupar posiciones emergentes. Aunque, con la formación adecuada, fontaneros, electricistas, operarios de almacén o de mantenimiento de industrias de ciclo continuo también podrían optar a cubrir estos puestos.
Si hacemos un ranking de los perfiles más y menos demandados en el sector de las renovables, el mismo IDAE señala que los de administración, gestión de proyectos, I+D, coordinación y promoción y ventas supondrían el 40% de los profesionales más solicitados, tendencia que se espera crezca en los próximos años. El resto, serían especialistas relacionados con tareas de producción y fabricación de equipamiento y la previsión es que, en este caso, vayan disminuyendo las ofertas.
En esta misma línea, el “Estudio de Remuneración Europeo” elaborado por Robert Walters prevé un gran auge de los perfiles multidisciplinares, pero orientados a la gestión, tanto de clientes como de equipos, así como a la optimización de procesos y resultados. Los más demandados, los profesionales especializados en el desarrollo de proyectos de ingeniería. Y, si nos centramos en las comercializadoras de energía y gas, que tienen previsto desarrollar importantes proyectos a nivel nacional e internacional, necesitarán, sobre todo, ingenieros con experiencia en el sector y que hayan trabajado en otros países.
Además, tampoco podemos olvidar sectores colaterales, como la economía o el derecho, que también verán como el auge de las renovables impacta en forma de ofertas de empleo para sus profesionales.
Tales oportunidades laborales podrán encontrarse tanto en, como ya hemos dicho, comercializadoras de energía y gas, como en grandes compañías energéticas, empresas de energía y consultoras, entre otras.
En conclusión, las energías renovables son fundamentales para superar los retos a los que nos enfrentamos. Y no solo eso, nos ofrecen una oportunidad única para desarrollar nuevos modelos de negocio más sostenibles y resilientes y para crear empleos de calidad. En este sentido, sin embargo, debemos poner en valor la formación no solo técnica sino en habilidades, que será clave para poder contar con los profesionales cualificados y con capacidad de liderazgo que el mercado laboral de las renovables necesita.