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El caso Twitter: qué no debes hacer para crear un clima laboral positivo en tu organización

Hace años, cuando Google y Facebook entraron en escena causaron sensación. También a nivel de gestión del talento. Oficinas diáfanas y bien iluminadas, decoradas con colores alegres y espacios con videojuegos, mesas de pin-pon y otros elementos de distensión llamaron mucho la atención de los profesionales del sector. 

La preocupación de las organizaciones por el ambiente laboral se remonta a principios del siglo pasado. Es sobradamente conocido el impacto de este factor sobre el rendimiento de los empleados y medidas como las implementadas por los gigantes de Silicon Valley eran percibidas como soluciones innovadoras para un viejo problema. 

Y así es. Sin embargo, las condiciones físicas del espacio de trabajo son solo uno de los elementos que pueden cambiar el clima laboral de una empresa. De hecho, ejemplos recientes, como el de Twitter, nos han enseñado que los aspectos intangibles, como la cultura organizativa y el liderazgo, son los que más peso tienen.

¿Qué entendemos por clima laboral?

También conocido como clima organizacional, el clima laboral es la percepción que tienen los trabajadores de una organización de su ambiente de trabajo. Las empresas tienen mucho que decir en este sentido, ya que, aunque tiene algo de subjetivo, esta percepción no surge de la nada, sino que está estrechamente relacionada con cómo estas se conducen.

Entre sus indicadores cabe mencionar aspectos como las condiciones físicas del puesto de trabajo – ventilación, ergonomía, iluminación, herramientas, etc. -, el sentido de pertenencia, el liderazgo, la compensación, el reconocimiento, el desarrollo de carrera o la diversidad, la inclusión y la igualdad, entre otros. En realidad, como avanzábamos antes, podríamos dividir estos elementos entre tangibles e intangibles. Los primeros serían el entorno físico y los segundos, todos los relacionados con la cultura organizativa, el estilo de liderazgo, la comunicación o las condiciones laborales.

¿Por qué debería preocuparte el clima laboral de tu organización?

El clima laboral es transversal e impacta en todos los niveles de una organización, sin importar su tamaño, antigüedad, actividad o sector. Para empezar, influye en el bienestar general y la salud de los empleados. Así, unas herramientas obsoletas, una mala comunicación o una relación difícil con el gerente o los miembros del equipo pueden producir estrés, que es el origen de entre el 60% y el 80% de los accidentes laborales y de más del 85% de las visitas médicas (Harvard Business Review).

Por otro lado, el clima laboral también puede impactar en la eficiencia, la colaboración, la motivación y la productividad de los trabajadores – un informe de la Universidad de Valencia y el CECE muestra una afectación de casi el 20% de la productividad de las empresas. O al compromiso de los trabajadores con la organización – el 62% de los empleados que buscan trabajo valoran un ambiente agradable (Randstad).

Y todo ello, acaba repercutiendo en la reputación de la empresa, sus resultados comerciales y su capacidad de atracción y retención de talento. En este sentido, una encuesta de Willis Towers Watson indicó que las compañías que invierten en el clima laboral y el compromiso de sus empleados incrementan sus ganancias en hasta un 30% y, según datos de Gallup, en los equipos más motivados, la tasa de rotación es un 59% más baja.

¿Qué puedes hacer para mejorar el clima laboral de tu organización?

El primer paso para identificar cómo se siente el personal con respecto a las políticas, prácticas y cultura de la organización y poner en marcha medidas dirigidas a incrementar su motivación y satisfacción es monitorizar el clima laboral. Por ejemplo, realizando encuestas a los trabajadores, como hizo Best Buy. A partir de los resultados obtenidos, la compañía estadounidense creó una red social exclusiva que permitía el intercambio de información y experiencias entre toda la plantilla y que dio como resultado un 48% menos de rotación.  

También asegurarse de proporcionar a los empleados un entorno laboral saludable que les permita realizar sus tareas en las mejores condiciones posibles. En este sentido, debe tenerse en cuenta el mobiliario, la organización del espacio, las herramientas, la conectividad, la iluminación, la calidad del aire interior, etc. Y, en el caso de los trabajadores remotos, guiarles para ayudarles a configurar su espacio de trabajo doméstico. 

Otro de los aspectos que más influyen en el clima laboral es el reconocimiento de los logros de los trabajadores – una encuesta de Gallup muestra que la falta de este es un motivo de abandono para el 65% de los empleados. Existen multitud de opciones para facilitarlo, como los premios, las bonificaciones o las menciones públicas. En esta línea, Sector Alarm creó el reconocimiento “Right People” que distingue a algunos de sus empleados a partir de las votaciones de toda la compañía.

La lección de Elon Musk

Igual que existen casos de éxito como los mencionados, también podemos encontrar ejemplos de lo que nunca debería hacerse si se quiere desarrollar un clima laboral positivo en la organización. Uno de los más recientes y comentados es el de Twitter, que nos ha enseñado a no obviar el gran rol que juega el liderazgo en este sentido. 

El clima general de una empresa viene determinado, en gran parte, por el estilo de gestión de sus líderes. Si estos tienen un enfoque que empodera a los empleados y les brinda autonomía; que les sabe trasladar la visión y los valores corporativos; que les hace sentir escuchados y valorados y les ofrece seguridad psicológica siempre será más fácil que se genere confianza y satisfacción en el equipo. Si el liderazgo está desconectado de la experiencia diaria de sus trabajadores, surgen los problemas. 

El pasado mes de octubre, con su llegada a Twitter, Elon Musk mostró a los trabajadores de la compañía que es todo lo contrario a un líder con propósito: política de despidos masivos; empatía nula; comunicación informal y errática; improvisación en lugar de planificación; no escuchar lo que la plantilla tiene que decir; personalismo, etc. Si a toda esta incertidumbre, le sumamos la pérdida de anunciantes – y, por tanto, de ingresos -, la anulación “por decreto” del teletrabajo, jornadas laborales maratonianas y unas métricas de rendimiento poco alineadas con los objetivos corporativos, lo que conseguimos es un sinfín de dimisiones y una plantilla desconectada, quemada y poco eficiente. 

Invirtiendo en un clima laboral positivo las organizaciones están previniendo grandes problemas como son la desmotivación y la insatisfacción de sus empleados y, de esta manera, maximizando su capacidad de atracción y retención de talento y sus resultados comerciales. Eso sí, siempre y cuando apuesten por un enfoque alineado con sus valores y objetivos y, muy importante, cuenten con un líder con propósito que represente los valores corporativos, sea capaz de inspirar al equipo y se enfoque en conseguir el éxito empresarial a largo plazo. 

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